viernes, 8 de mayo de 2015

“Hermanos en armas”

EL LIBRO, COMO ACLARA EL BLOG EN SU PORTADA, LO PUBLICARÁ LA BRIGADA PARA LEER EN LIBERTAD, A LA CUAL PERTENECE EL AUTOR. 
En 2014 y para nuestra Brigada, Luis Hernández Navarro escribe Hermanos en armas. Organiza allí una serie de profundas investigaciones realizadas por sus compañeros y compañeras y por él mismo, sobre las formas de autodefensa que la sociedad se ha dado en el país para afrontar una violencia combinada entre el Estado, el crimen organizado y grupos empresariales.
El centro de su trabajo es Michoacán, en una guerra civil de hecho desde pocos años atrás. Pero dedica buena parte de él a Guerrero, la entidad donde las policías comunitarias alcanzaron una evolución superior.
Fue un suceso nunca visto en fechas recientes; un acontecimiento que prendió las luces de alarma del aparato del estado. Las fotos dan cuenta del hecho insólito. Eran casi 50 policías comunitarios. Entraron armados a Chilpancingo, entre vítores y saludos de más de tres mil maestros en paro en contra de la reforma educativa.
"Habían marchado durante casi 20 kilómetros, con el sol a plomo, uniformados, con fusiles, pistolas y machetes, por la carretera que une Tixtla con la capital de Guerrero. Exigían la liberación la liberación de su comandante, Nahum Santos Bartolo. De paso, la del profesor de Chilapa Mario Durán Torres, apresado durante el operativo de desalojo de la Autopista del Sol.
"Nahum era para ellos su hermano. Y, además de ser el segundo comandante de la comunidad de El Troncón, es profesor. Unos días antes, una noche de domingo, cuando iba rumbo a su casa, después de salir de una asamblea del magisterio disidente, fue arrestado por elementos del Ejército.
"Lo acusaron de portar un arma de fuego, la que carga siempre como policía comunitario. Apenas en esa reunión los profesores habían acordado convertir su lucha en un movimiento popular, es decir, fabricar un coctel con las disidencias sociales del estado. Los soldados entregaron a Nahum a la PGR.
"Los comunitarios que ese 8 de abril caminaron la autopista con sus fusiles, venían de las comunidades de Acatempa, Tecocintla, Zacazonapa y El Troncón. Hacía poco que se habían adherido a la Casa de Justicia de El Paraíso de la CRAC. A la marcha se sumaron 120 normalistas rurales de Ayotzinapa.
La orden que traían los policías comunitarios era muy sencilla. El primer comandante de El Troncón se lo dijo a la prensa sin tapujos: ´Es una injusticia y vamos por él, no hay otra consigna, nomás ir por él. Lo vamos a traer de regreso´.
"Los ánimos estaban calientes en Guerrero. Faltaba más. El gobierno y los diputados locales habían traicionado a los maestros democráticos. Primero firmaron con los docentes un compromiso para darle una salida digna a su movimiento de huelga contra la reforma educativa y luego lo incumplieron.
"Los profes respondieron el 5 de abril bloqueando por segunda ocasión consecutiva la Autopista del Sol, que conecta la ciudad de México con el puerto de Acapulco. La policía los desalojó con violencia y los mentores se replegaron. Rabiosos e indignados, al día siguiente, efectuaron una numerosa marcha en Chilpancingo y lanzaron huevos y piedras al local del PRD por incumplir su palabra y negarse a apoyar en el Congreso local sus demandas. Así estaban los ánimos cuando al ejército se le ocurrió arrestar a Nahum, policía comunitario y profesor.
"Ese 8 de abril de fotografía, en la entrada de Chilpancingo esperaba a los comunitarios marchistas un comité de recepción integrado por elementos de la Policía Federal, soldados y dos helicópteros de la Marina. No iban en plan amistoso. Pero entre los planes de los de las CRAC no estaba rajarse. Pastor Coctecón Plateado, comisario de Acatempa y comandante en su comunidad, anunció: ´vamos a luchar frente a frente, aquí están las armas, y las vamos a usar si es necesario. No hay paso atrás´.
Los comunitarios no estaban solos. Miles de maestros aguardaban su arribo para sumarse a su lucha. Hubo un momento de tensa calma. Finalmente, a las 2 de la tarde, cuando los marchistas se alistaban para entrar a la ciudad, la PGR les entregó a Nahum. Fue un triunfo grande pero no suficiente. Faltaba aún que el maestro Mario, a quien la justicia acusaba de golpear, él solo a ocho policías, recuperara su libertad.
"Los comunitarios acordaron seguirse de frente y entrar a la ciudad. Se formó entonces una enorme cadena humana de policías comunitarios armados, maestros democráticos y habitantes de las colonias populares de Chilpancingo, que se enfiló rumbo a las instalaciones del Poder Judicial. Desafiante, la policía estatal se encerró en el edificio para impedir el paso de los docentes. Bragados, los de la CRAC-PC se colocaron frente a ellos para protegerlos.
Para destensar la situación, Vidulfo Rosales Sierra, abogado del Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan, salió de los juzgados e informó a los maestros que con seguridad Mario alcanzaría pronto la libertad. Sus palabras fueron escuchadas y atendidas.
"Los manifestantes tomaron rumbo hacia la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac. Al llegar, los comunitarios se colocaron debajo de la estatua de José María Morelos. La multitud los ovacionó como héroes. Al terminar el acto regresaron a sus pueblos.
La movilización de comunitarios armados y su alianza con el magisterio y sectores populares encendieron las luces de alarma. Apanicados, senadores del PRI y PAN condenaron el llamado de los profesores de Guerrero para que en sus movilizaciones participen los grupos de autodefensa.
"La vinculación de los policías comunitarios con el movimiento popular les resultó indigerible. Nunca les había gustado que las comunidades se hicieran cargo de su seguridad, pero que, además de armadas, se sumaran a las protestas de otros sectores de la población les resultó inadmisible.
"Sí, fue una imagen similar a la del Cuarto Estado del pintor da Volpedo, que plasma la emergencia de un nuevo estamento social, que hasta ese momento no había tenido cabida en el viejo régimen, que representa la larga marcha de un proletariado, lleno de rasgos campesinos, hacia la conquista de sus derechos.

"A partir de ese momento, digno también de figurar en un filme de Bertolucci, la ofensiva gubernamental contra las policías comunitarias se intensificó. Era ya, sin embargo, un poco tarde. Distintas expresiones del pueblo armado haciéndose cargo de su propia seguridad habían surgido en al menos diez estados de la República. Los hermanos se estaban levantando en armas."
CONTINÚA

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