sábado, 30 de mayo de 2015

Capítulo II

En 2002 se entrevista a Carlos Montemayor, autor de La guerra en el paraíso, la extraordinaria novela testimonial sobre la guerra sucia en Guerrero.
-¿Estamos hablando de un fenómeno de colombianización de la entidad?
-No, todo lo contrario. La colombianización ocurre primero porque no había un gobierno central eficiente ni aceptado en Colombia. Segundo, porque hay un dominio territorial total de las guerrillas. Tercero, porque es imposible para fuerzas policiacas y militares oponerse tanto a los grupos guerrilleros como a los clubes de delincuentes armados que constituyen las fuerzas paramilitares colombianas.
“Esto no ocurre en México ni hay manera de establecer paralelos con Colombia. Lo que estamos es ante el caso típico que debemos llamar estado de Guerrero.
Desde entonces el país sufrió un avance brutal del crimen organizado y de la violencia vinculada a él, entre otras cosas por medio de la guerra que en su contra o con su pretexto desata el gobierno de Felipe Calderón. El presidente Enrique Peña Nieto promete después reducir dramáticamente el fenómeno, y en 2015 los números lo contradicen.
En febrero de ese año la maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y la revista Proceso dan a conocer el resultado de una amplia investigación sobre el tema.Durante los primeros 22 meses del sexenio de Enrique Peña Nieto desaparecieron o se extraviaron 9 mil 384 personas, lo que equivale a 40% de los 23 mil 272 casos de desaparición oficialmente registrados entre enero de 2007 y octubre de 2014. Es decir, cuatro de cada 10 desapariciones en los últimos siete años ocurrieron durante los dos primeros de la actual administración.”
En el fenómeno participan todos los niveles policiacos y las fuerzas armadas del país, como desde 2010 advierte Human Rights Watch (HRW), el gran organismo internacional de derechos humanos, al referirse a las detenciones ilegales que inundan el país. Lo hacen con ‘‘tolerancia, indiferencia o complicidad’’ por parte de algunos médicos, defensores públicos, fiscales y jueces , agrega en 2015 el relator especial de Naciones Unidas.
¿El modelo Guerrero del cual hablaba Carlos Montemayor se extendió entonces ya al conjunto de México? Sí y no, pues la entidad sureña tiene un rasgo propio observado por la Comisión de la Verdad guerrerense.
CONTINÚA 

 

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