En 2002 se
entrevista a Carlos Montemayor, autor de La
guerra en el paraíso, la extraordinaria novela testimonial sobre la guerra
sucia en Guerrero.
-¿Estamos
hablando de un fenómeno de colombianización de la entidad?
-No, todo
lo contrario. La colombianización ocurre primero porque no había un gobierno
central eficiente ni aceptado en Colombia. Segundo, porque hay un dominio
territorial total de las guerrillas. Tercero, porque es imposible para fuerzas
policiacas y militares oponerse tanto a los grupos guerrilleros como a los
clubes de delincuentes armados que constituyen las fuerzas paramilitares
colombianas.
“Esto no
ocurre en México ni hay manera de establecer paralelos con Colombia. Lo
que estamos es ante el caso típico que debemos llamar estado de Guerrero.”
Desde
entonces el país sufrió un avance brutal del crimen organizado y de la
violencia vinculada a él, entre otras cosas por medio de la guerra que en su contra o con su
pretexto desata el gobierno de Felipe Calderón. El presidente Enrique Peña
Nieto promete después reducir dramáticamente el fenómeno, y en 2015 los números
lo contradicen.
En febrero de ese año la maestría en Periodismo y
Asuntos Públicos del CIDE y la revista Proceso dan
a conocer el resultado de una amplia investigación sobre el tema. “Durante los
primeros 22 meses del sexenio de Enrique Peña Nieto desaparecieron o se
extraviaron 9 mil 384 personas, lo que equivale a 40% de los 23 mil 272 casos
de desaparición oficialmente registrados entre enero de 2007 y octubre de 2014.
Es decir, cuatro de cada 10 desapariciones en los últimos siete años ocurrieron
durante los dos primeros de la actual administración.”
En el
fenómeno participan todos los niveles policiacos y las fuerzas armadas del
país, como desde 2010 advierte Human Rights Watch (HRW), el gran organismo internacional de derechos
humanos, al referirse a las detenciones ilegales que inundan
el país. Lo hacen con ‘‘tolerancia,
indiferencia o complicidad’’ por parte de algunos médicos, defensores públicos,
fiscales y jueces , agrega en 2015 el relator especial de Naciones Unidas.
¿El
modelo Guerrero del cual hablaba Carlos Montemayor se extendió entonces ya al
conjunto de México? Sí y no, pues la entidad sureña tiene un rasgo propio
observado por la Comisión de la Verdad guerrerense.
CONTINÚA
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