jueves, 14 de mayo de 2015

Hasta el último de la sociedad, preguntas en voz alta

EL LIBRO, COMO ACLARA EL BLOG EN SU PORTADA, LO PUBLICARÁ LA BRIGADA PARA LEER EN LIBERTAD, A LA CUAL PERTENECE EL AUTOR.
Un gran número de policías municipales de Iguala y Cocula y decena y media de los Guerreros Unidos, incluido un jefe, están en prisión con cargos graves. 
Quién sabe si mañana agentes estatales y federales seguirán su camino, y cuánto afecte ya a las familias del 27 Batallón de Infantería el desprestigio por los hechos del 26 y 27 de septiembre pasado en la ciudad guerrerense. 
Entre los usufructuarios de esos actos están los siguientes hombres:
Pablo Wallentin, Director General de OHL México. De nacionalidad española
José Andrés de Oteyza. Presidente de OHL México. Inició su carrera como Secretario de Patrimonio y Fomento Industrial con José López Portillo 

Juan Miguel Villar-Mir presidente y máximo accionista de OHL internacional, empresa de origen español
OHL El 81% de su actividad constructora, en el exterior (información de revista empresarial española).
Balance de OHL México

2006 (Miles de pesos)
2005 (Miles de pesos)
Porcentaje de variación
Ventas:
4162.0
3467.0
20.0
Utilidad de Operación:
1398.0
654.0
113.8


Entre otras actividades en nuestro país, la empresa construía y administraba las cuotas del Viaducto Bicentenario. 
8 de mayo de 2015. "Divulgan grabaciones sobre presunto fraude de OHL al gobierno de Edomex."

¿Quién ganó con las muertes, desapariciones y torturas del 26-27 de septiembre en Iguala? 
El quizás mayor experto en el mundo sobre la violencia asegura que vivimos una auténtica shoa, como llamaban los nazis a la "solución final". En ella el porcentaje de excluidos es del setenta por cierto. Es decir, sólo un treinta por ciento de la sociedad tiene futuro. Un policía de casi cualquier nivel, la absoluta mayoría de los militares y el noventa por ciento o más de quienes integran los carteles, siempre que la suerte les respete la vida antes de envejecer, y sus familias, están como yo condenados a desaparecer de alguna manera.
Cuánto se reirán a costa nuestra los descendientes de las finísimas personas aquí en fotografía. Entre muchos, claro.
¿Deshágamonos de ellos y sus iguales de ambos géneros, a la manera que hicieron con los normalistas de Ayotzinapa? De deshacerse de otro tipo de cosas y no de seres humanos va la cosa. 

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