lunes, 1 de junio de 2015

Origen de las policías comunitarias en Guerrero. Luis Henández Navarro

“Con el inicio de la década de los 70 comenzó a construirse una nueva forma de ser indio y una valoración distinta a la tradicional dentro de la sociedad urbana. El derecho y el valor de la diferencia, la reivindicación de la autonomía como el terreno propicio para desarrollarla, y la exigencia de participar en el pacto nacional sin tener que renunciar a lo específico, comenzaron a abrirse paso de muy distintas maneras. Detrás de este proceso hay un aliento democratizador profundo (…) La insurrección zapatista precipitó dentro de las comunidades indias una revaloración profunda de su identidad (…) Esta oleada (…) se vivió en la Montaña y Costa Chica de Guerrero con gran intensidad..
(…)
“Al arrancar la década de los noventa del siglo pasado, la LuzMont [Luz de la Montaña, organización campesina formada por cafeticultores indígenas]se topó con la barbarie de los caciques regionales y sus pistoleros, con la inseguridad en la región y la complicidad policíaca con los maleantes. Sus socios y la Luz de la Montaña misma fueron víctimas de asaltos, robo de ganado, asesinatos y de la violación de sus mujeres. Como el gobierno no se hacía cargo del problema, inevitablemente ellos tuvieron que enfrentar el reto de solucionarlo.
“Felipe [Felipe Francisco Reyes, Me’phaa o tlapaneco] participó en esa lucha. Realmente estaba muy orgulloso de lo que él y sus compañeros habían logrado hacer en el terreno productivo. Pero también se encontraba muy preocupado del clima de inseguridad que se vivía en su tierra, de los robos a la Luz de la Montaña.
“En varias ocasiones —nos platicó— asaltaron a los comisionados de la organización que subían a pagar a sus miembros el café ya vendido. El abigeato marchaba a toda máquina. Incluso habían abusado de varias mujeres.
Cada vez que hacía referencia a esa penosa situación sentenciaba: ´No vamos a estar esperando a ver cuándo llegan la seguridad, la democracia y la justicia, si no las hacemos nosotros nunca van a llegar´.
“En 1995, la Luz de la Montaña, junto a otras organizaciones productivas como la Unión Regional Campesina (también integrante de CNOC), la Sociedad de Solidaridad Social de Productores de Café y Maíz, y el Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia comenzaron a movilizarse para exigir al gobierno que cumpliera con sus obligaciones de garantizar la seguridad pública y a defender ellos mismos a sus comunidades. En estas jornadas de lucha se establecerían las bases de lo que años después sería la Policía Comunitaria.
“Sacerdotes de la diócesis de Tlapa sensibles al sufrimiento de sus feligreses también se involucraron en el asunto.
(…)

La creación en 1998 de la CRAC-PC (siglas de Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias  y Policías Comunitarias) “es expresión de este proceso”.

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