martes, 12 de julio de 2016

Dr. Ricardo Loewe, perito forense. El desollinamiento de Julio César Mondragón

El Dr. Ricardo Loewe, médico y perito forense austriaco-mexicano, fundador del Colectivo contra la Tortura y la Impunidad en nuestro país, reunió información sobre los casos de desollamiento del rostro que se registran en territorio nacional. De los dos más conocidos la prensa reportó el hallazgo, en la colonia Guadalupe, en Tepic, Nayarit, el 6 de abril de 2011, a las afueras de un taller mecánico: "Las primeras indagatorias señalan que los hombres fueron desprendidos de su piel cuando aun (sic) estaban con vida, también les sacaron el corazón en un acto de total brutalidad."(2) Lo que se extrajo, al menos de un cuerpo, yace al costado de quienes identifican como jóvenes que vivían cerca del lugar. Es el clímax de una serie de sangrientos choques "entre grupos de la delincuencia rivales".
Estos son los cuatro casos restantes, de acuerdo el Dr. Loewe. Junio 2011, un abogado y su cliente, un policía, encontrados juntos en Tepecuacuilco, Guerrero, población próxima a Chilpancingo. No hay presuntos culpables.
Noviembre 2013, un desconocido, aparentemente, en Zimatlán, Oaxaca, que se presume torturaron los Zetas o el Cartel del Golfo.
Dic. 2014, una enfermera de diecinueve años, cuya desaparición se produjo en las afueras de Uruapan, Michoacán.
Apenas a fines de junio la familia Mondragón tuvo acceso por fin al reporte necrológico sobre los restos de Julio. Se confirma así lo que en septiembre afirmo oficiosamente el Semefo de Iguala, integrado a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero, y agregó luego la autoridad federal: murió por edema cerebral causado por fracturas múltiples de cráneo; la mutilación fue provocada post mortem‘‘por la fauna nociva que se encontraba en el lugar’’.
El documento permite una opinión fundamentada del propio Dr. Loewe. Su informe se acompaña con las fotografías de los sacrificados que mencionamos:
“La comparación de las fotos permite apreciar que la marcada con el Nº 6 -correspondiente al cadáver de Julio César Mondragón- presenta una técnica superior a las de los otros casos: Incisiones precisas que dejan los huesos de la cara disecados. Así, se aprecia el cadáver de un hombre joven, con la cara de “la muerte”, como aparece en el imaginario social. Es muy improbable que un policía municipal haya sido capaz de realizar un crimen de esta naturaleza.
“La fotografía de la izquierda [la de los restos de Julio] muestra un charco de sangre que no corresponde a la posición de la víctima. Esto puede deberse a su lucha por sobrevivir o al cambio de posición post mortem. Como quiera, es importante recalcar que los cadáveres no sangran, por lo que se infiere (en el caso de que la sangre sea de Julio César, lo que es muy probable) que fue desollado vivo.
“También es importante mencionar que la víctima tenía fuerza física por el tipo de capacitación que recibía. Esto significa que tuvo que ser sometido por varias personas mientras era desollado. En la muñeca izquierda y el antebrazo derecho se aprecian zonas equimóticas correspondientes a la sujeción. Las manchas obscuras y circulares en la muñeca y el flanco izquierdos pudieran ser quemaduras eléctricas. Hay una excoriación en el codo izquierdo, que indica que la víctima fue arrastrada en vida.”
El expediente que obra en Iguala deja atrás los dichos sin comprobación, sobre cuándo y cómo se encontraron los restos, y despierta dudas. En cuanto a las fotografías ilustra también otras inconsistencias, al dar detalles que no coinciden con lo conocido por otras fuentes.
Por su cuenta, un segundo expediente que se recibe con retraso permite precisar los vagos informes sobre el destino del policía municipal acusado.
En un artículo, Blanche Petrich aclara el nuevo panorama:
“Por el asesinato del joven normalista nadie ha sido imputado. El único detenido, un policía municipal de Iguala, Luis Francisco Martínez Díaz, fue arrestado en febrero pasado en el Distrito Federal y arraigado en un penal de Veracruz, donde tenía abierta otra causa. Sin embargo, fue liberado un mes después sin que autoridad alguna informara nada a la defensa legal de la familia Mondragón, representada por la abogada Sayuri Herrera
(…)
“No habían transcurrido más de cuatro o cinco horas entre el último de los dos ataques de la policía municipal de Iguala contra los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, el 26 de septiembre del año pasado –entre 11 y 12 de la noche–, cuando una fotografía de un cuerpo humano al que le arrancaron el rostro con todo y ojos impactó en las redes sociales. Era el cadáver desollado de Julio César Mondragón.
“Esa imagen aterradora empezó a circular en Twitter en horas de la madrugada, antes de que el Ministerio Público de Iguala llegara al lugar donde yacía el cuerpo para realizar la primera inspección ocular y el levantamiento del cadáver. El crimen presuntamente se cometió en una calle de terracería, a la altura de un almacén de Coca-Cola y una cancha de tenis, sitio conocido como Callejón del Andariego. En el expediente se registró la hora de la diligencia: 9:55 de la mañana. Sobre la ruta de la fotografía en redes sociales no se conoce que la policía de Guerrero o la Federal hayan realizado un rastreo o peritaje cibernético.
“En cuanto a la hora en la que la imagen se subió a redes sociales, da constancia el hermano adolescente de Julio César, Lenin Mondragón, quien, según el testimonio de su tío Cuitláhuac, fue el primero en percatarse de que su hermano estaba muerto, al reconocerlo por su camiseta, su bufanda y sus manos, en la fotografía del muchacho desollado. Era la madrugada cuando el resto de la familia aún tenía la esperanza de que el joven estuviera vivo.
Es, por cierto, una fotografía casi idéntica –aparentemente parte de una serie de tomas cuyo origen aún no se determina pericialmente– que forma parte de la averiguación previa de la Procuraduría de Guerrero.
“La técnica forense
“A pesar de las características de las lesiones –cortes precisos desde la garganta hasta la línea de nacimiento del cabello– y la ausencia de heridas graves en otras partes del cuerpo, el dictamen de la necropsia del expediente asienta que la causa de la muerte fue ‘edema cerebral, múltitples fracturas de cráneo, lesiones producidas por agente contundente’.
“Según las fotografías conocidas, el cadáver ya no tenía ojos. No obstante, el autor de la necropsia establece: ‘Se observan pupilas dilatadas con presencia de mancha negra esclerotical’.

“Más adelante, registra ‘´marcas de caninos que interesa toda la cara y cara anterior del cuello que interesa piel, tejido celular subcutáneo y músculos, preservando estructuras óseas. Globo ocular izquierdo ennucleado post mortem y globo ocular derecho sin tejidos blandos circundantes’.”

jueves, 23 de junio de 2016

Secreto a voces

El libro se reedita por las necesidades del caso, que tiende a ocultarse aún después de exhumados los restos y sin importar las recomendaciones hechas por el GIEI. 
Paliando en alguna medida sus lagunas, anexo informes del propio Grupo Interdisciplinario. No bastan pues en un año se acumuló mucha nueva documentación. Entre otra, la que conozco apenas ahora por dos libros testimoniales: Ayotzinapa. Horas eternas y Una historia oral de la infamia, de Paula Mónaco y John Gibler, respectivamente. 
Ambos reconstruyen en detalla esa noche y madrugada y me conducen al secreto a voces en Iguala: el cuerpo de Julio aparece, según dichos militares, muy cerca del edificio donde opera una agencia de inteligencia nacional.      

lunes, 31 de agosto de 2015

Injusta portada

Por cariño de mis compañerxs el crédito que se me dio es excesivo. Debería decir: Jorge Belarmino con textos de Marcela Turati, Blanche Petrich, Luis Hernández Navarro, familia Mondragón Fontes, Sayuri Herrera, Dr. Ricardo Loewe, Cesar Navarro, Tatiana Coll, Nadia Godoy, Tryno Maldonado y Diana del Ángel 

viernes, 14 de agosto de 2015

Recibido

Julio César Mondragón Fontes, normalista desollado en vida.
El sin rostro es la segunda parte del mensaje. Eso hicieron: Jamás sabrás dónde quedaron cuarenta y tres y el cuarenta y cuatro te advierte una posibilidad. Cuanto más bulla armes, continúan, alrededor del mundo, si quieres, más contundente la señal: Somos universalmente impunes. 
A una de las personas con mayor conocimiento sobre derechos humanos, no le queda duda: el actual sistema prepara una shoa, como los nazis llamaban a la "solución final"; el setenta por ciento estamos destinados a que se nos excluya.
"Tú no has visto nada, nada", insistía obsesivamente el diálogo de una gran película sobre el horror. Yo no vi nada, nada, de Julio César Mondragón Fontes, así intentara reconstruir su muerte. Percibo sólo reflejos: 
él "tragado por las sombras de Iguala"; 
militares presentándose con el cadáver: Estaba en la calle, dicen sin confirmación
las letras de un mentiroso informe: Muerto por trauma cerebral; fauna local devoró piel y ojos de la cavidad craneana
Marisa, su mujer, ante los restos sobre una plancha del Semefo, y los comentarios alrededor: Un asesinado así le puede dejar buena lana
la madre y los tíos suspendiendo los preparativos del cuerpo para sepultarlo, a fin de tomarle fotos que documenten la obvia tortura; 
Lenin, el hermano, quien en plena clase escucha al maestro: ¿Ven esta cara? Se lo merecía; 
tres expedientes que el gobierno federal no atrae y tardan siete meses en ser entregados; 
un falso rumor y una malintencionada declaración del ejército para sembrar desconfianza: Julio servía al Cisen; Entre los desparecidos había soldados que infiltramos.
¿Cuántas veces puede morir un normalista y su familia? Tantas como le apetezca al poder.
Desde la calle el grito: Mi rostro es tu reflejo. No te vi pero te llevo impreso, entonces.
Mensaje recibido, esperen contestación.

jueves, 2 de julio de 2015

Sobre el desollamiento de un rostro por la “fauna del lugar donde se encontraba”. Quetzalli Hernández

Quetzalli Hernández.  Maestra en Ciencias Biológicas, egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM. (PRIMERA VERSIÓN, A CORREGIR POR LA PROPIA AUTORA.)
La manera en que los animales carnívoros intervienen en el proceso de desarticulación y consumo de los productos contenidos en las carcasas o restos mortales de otros animales, condiciona diferentes procesos biológicos en los que interviene la disponibilidad de nutrientes dejados para consumo secundario, la dispersión de los restos y las características de su traslado posterior o acumulación. De ahí que el conocimiento etológico (estudio del comportamiento animal) de los depredadores  actuales resulte de gran relevancia para disponer de un marco referencial definido con el cual sustentar explicaciones a cualquier tipo de análisis en el que se requiera determinar si un tipo específico de animal se halló involucrado con el consumo de algún resto mortal. 
Dicho lo anterior, cualquier atribución que se realice sobre un agente biológico en la configuración de restos mortales debe partir de un conocimiento del comportamiento actual de la fauna carnívora y/o carroñera, y de las razones adaptativas de la misma, y no de asunciones carentes de base o de explicaciones ad hoc que surjan debido a una falta de formación etológica sin un referente actual válido. 
Cabe resaltar que no todos los animales que se alimentan de forma omnívora o carnívora comen restos de animales muertos. Los animales que sí lo hacen, realizan dicha estrategia oportunista de alimentación conocida como “carroñeo”.  Los animales carroñeros acceden a restos mortales de modo secundario y suelen consumirlos de manera rápida en el lugar donde los obtienen. A este respecto son capaces de comer con gran voracidad utilizando la estrategia de la maximización individual de la ingesta de nutrientes, la cual resulta en el rápido consumo de la carne de extremidades, dorso y vísceras, no de rostros.  
Sin embargo, con el objeto de deslindar de la responsabilidad a la fauna silvestre se enlistan a los depredadores felinos no carroñeros que presentan dientes caninos registrados para el estado de Guerrero (pero no necesariamente presentes en el área de Iguala): ocelote (Leopardus pardalis), tigrillo (Leopardus wiedii; considerada en peligro de extinción por la IUCN (2010)), gato montés (Lynx rufus), puma (Puma concolor) y jaguar (Panthera onca), debiendo considerarse que todos menos el tigrillo se incluyen en la IUCN (lista roja de especies amenazadas) como especies que disminuyen cada año su número poblacional y que son animales que evitan cualquier sitio donde se detecte actividad humana.
Dentro de los animales que sí utilizan el carroñeo de manera ocasional o frecuente y se encuentran registrados en el estado de Guerrero y que debido al conocimiento etológico que se tiene de ellos, se descartan como los causantes del desollamiento, se mencionan a: las aves carroñeras, éstas no sólo no presentan dientes caninos, si no que presentan una actividad completamente diurna (que tiene relación con la parte del día en que hay luz), teniendo su máxima actividad durante el mediodía. Dentro de la familia Didelphidae se encuentran los tlacuaches (Didelphis sp.) quienes tampoco presentan dientes caninos. Dentro de la familia Mustelidae encontramos al hurón (Mustela frenata), quien aunque presenta dientes caninos no es común que siga los caminos y veredas del hombre. Dentro de la familia Procyonidae se encuentra el mapache (Procyon lotor), quien desgarra y arranca pedazos de carne con sus manos, sin realizar cortes precisos; y el coatí o tejón (Nasua narica) quien es un animal social de hábitos completamente diurnos y no realiza actividades durante la noche. Dentro de la familia Canidae se encuentran: el coyote (Canis latrans), la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus) y el perro doméstico (Canis familiaris). 
Los perros domésticos son quizá el carnívoro más numeroso en la actualidad. De acuerdo a Butler y du Toit (2002), investigadores que realizaron un estudio acerca de la dieta y comportamiento carroñero de perros domésticos que deambulan libres, se menciona que los perros son principalmente carroñeros de desperdicios humanos (como materia fecal y maíz) y de desperdicios de vacas, borregos y cabras; como es el caso de la mayoría de las poblaciones de perros ferales que deambulan libremente en Italia, Norteamérica, Bengala, el sureste de Asia y Alaska. No obstante, se debe considerar que la forma de alimentación de los cánidos (incluyendo el coyote, la zorra y el perro), al alimentarse de carne, necesitan sujetar con su hocico, detener con alguna de sus patas anteriores y jalar, lo que provoca el desgarre de los tejidos e imposibilita los cortes precisos de piel y músculo, sin mencionar los rastros de huellas que un animal al alimentarse de tal manera deja sobre y alrededor del área donde se encuentran los restos.
Finalmente, considerando a la fauna que ha sido introducida de manera antropogénica se toman en cuenta a los gatos (Felis silvestris catus) y a las ratas (Rattus sp.), de los cuales, solo los primeros presentan dientes caninos, por lo que se descartan de inmediato a las segundas.  Los gatos también carecen de la posibilidad de realizar cortes precisos, y aunque claramente pueden morder pedazos de piel, cartílago y hueso, han de dejar marcas en el hueso, así como pelos, rastros de saliva y de huellas sobre los restos mortales, por lo que un análisis serio debería incluir un estudio de la intervención secundaria de determinados agentes biológicos, considerando que ningún animal silvestre o introducido antropogénicamente es capaz de realizar cortes precisos de piel y de acuerdo a la literatura ninguno de ellos elige la cabeza de otros animales como primer estrategia dentro la maximización individual de la ingesta de nutrientes.

Cita: Butler JRA and du Toit JT (2002) Diet of free-ranging domestic dogs (Canis familiaris) in rural Zimbabwe: implications for wild scavengers on the periphery of wildlife reserves. Animal Conservation, 5, 29-37. 

miércoles, 17 de junio de 2015

De este Lado. El caso de Julio César Mondragón, normalista de Ayotzinapa asesinado. Transmisión de Rompeviento

“De este lado”, programa conducido por la periodista Blanche Petrich, es una forma de mirar, de hacer periodismo con la mirada desde México, que es el Norte pero también el Sur, y desde abajo, desde la cercanía con los procesos y movimientos sociales que marcan nuestro tiempo.
En este programa, Blanche entrevista en el estudio de Rompeviento TV a Marisa Mendoza, Afrodita Mondragón y Cuitláhuac Mondragón, viuda, madre y tío de Julio César Mondragón, normalista de Ayotzinapa asesinado el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero.
Programa transmitido el lunes 15 de junio de 2015 a las 9pm en www.rompeviento.tv


http://rompeviento.tv/RompevientoTv/?p=678